Alfonso Cuarón ha paseado Gravity por Venecia y Toronto en menos de un mes. En San Sebastián se mostraba cansado pero exultante. No para de recibir felicitaciones. "Es mejor eso que nada después de cuatro años y medio de trabajo", dice en una entrevista con RTVE.es. Cuarón transmite paz -el líder sin ego le llama Sandra Bullock-, y está empezando a asumir que su séptima película es un clásico súbito.

Cuando terminó el guion, coescrito con su hijo Jonás Cuarón, y se disponían a rodar, descubrieron que no tenían tecnología para llevarla a cabo. James Cameron acudió al rescate y el director de Titanic ya ha declarado que Gravity es la mejor película jamás hecha del espacio.
Vivir un videojuego

"Tus películas me gustan pero son muy retóricas". Con esa franqueza le avisó su hijo Jonás Cuarón de que debía probar algo distinto. "El experimento del guion era despojar todo de narrativa y crear un viaje visceral y emocional donde el espectador se convierte en otro personaje".